El insoportable calor y la humedad afuera del Teatro Meralco no apagaron el espíritu de los amantes de la música en Manila quienes dieron al icono paraguayo de la guitarra, Berta Rojas, una ovación de pie después de la última pieza de Agustín Pío Barrios Mangoré, "La Catedral", que no dejó ninguna duda acerca de la inmensa estatura de la artista visitante. Luego de abrir el concierto con la pieza de cinco partes "Suite in A Minor" de Manuel Ponce y proceder a una transcripción para guitarra de "Estrellita" y "Scherzino Mexicano", Rojas probablemente duplicó el número de aficionados a la guitarra clásica en Filipinas con su presencia natural en el escenario y su excelente técnica que no llamó la atención sobre sí mismo. "Su actuación está más allá de la técnica, y todo lo que se ve es su arte y el alma", afirmó la artista Irene Marcos Araneta. "Con la rareza de conciertos de guitarra en el país, su recital es un proceso de aprendizaje para todos los que no están familiarizados con el repertorio de la guitarra clásica."